Desde niño mi felicidad era una pelota de fútbol, todo empezó como una distracción y bueno ya conocen ustedes la historia que termino esto convirtiéndose en mi vida, algo más importante que un simple partido, recuerdo cuando entre a mi primer equipo de futbol, y cuando los fines de semana me iba a cascarear con papá, aun recuerdo perfectamente todo los consejos que me daba, sin duda alguna mis padres me enseñaron a luchar por lo que quiero y no quitar el dedo del renglón a ser fuerte y nunca darme por vencido, porque no solo con el talento se llega lejos, se necesita esfuerzo dedicación y ganas de triunfar, ahora que vi esta foto recordé muchos momentos bonitos, gracias a Dios he tenido la fortuna de estar en varios equipos de suma importancia y hacer grandes amigos, por eso cada que tengo la oportunidad de pisar una cancha para mi es una bendición.
